la escena que más me gusta de la película Amores Perros (2000) es cuando el Octavio (Gael García) está almorzando en la cocina con su carnal Ramiro (Marco Pérez), y el primero le dice en forma sarcástica que sabe que "el negocio" de las farmacias anda bien, refiriéndose a los atracos que ha cometido su carnal y de los cuales él tiene conocimiento.
en mi opinión el siguiente diálogo fue el de mayor trascendencia en la película. No recuerdo exactamente las palabras, pero iba más o menos así:
Ramiro: ése es mi pedo, cabrón.
Octavio: ¡si serás pendejo!
Ramiro: cuidadito y rajes, te parto la madre.
(después de unos segundos de silencio y reflexión)
Octavio: ... lo madreador no te quita lo pendejo.
¡gran enseñanza de vida!
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